viernes, 28 de noviembre de 2008

Lectura Rápida: Saltos de ojo

Comenzamos hoy con el método de lectura rápida y lo hacemos exponiendo la principal característica de este método: los saltos de ojo.

Cuando empezamos a leer nos enseñan a leer las letras y las vamos uniendo ("la M con la A, MA") y con la práctica vamos aprendiendo a ver (y reconocer) las sílabas. El siguiente estado consiste en reconocer las palabras a simple vista, sin necesidad de leerlas como tal. Hay quien se queda en la lectura por sílabas y otros sólo lo utilizan para palabras cortas. Nosotros vamos a ir más allá.

Parece que al leer movamos los ojos de izquierda a derecha mediante un movimiento continuo, sin embargo, lo que hacemos es realizar unos 6 ó 7 pequeños saltos a lo largo de la línea. Nuestro objetivo es que en vez de esos 6-7 saltos que solemos realizar hagamos únicamente 2 saltos de ojo por línea.

El primer problema al que nos enfrentamos es que cuando hacemos muchos saltos únicamente tenemos que fijar nuestra vista en una porción muy concreta del texto. Sin embargo, al realizar únicamente dos fijaciones debemos ampliar nuestra visión panorámica. Al principio puede que nos cueste y tengamos que empezar con 3 saltos por línea, pero una vez que nos hayamos acostumbrado podremos pasar a 2 saltos por línea. Es muy importante que movamos únicamente los ojos, no la cabeza.

Las ventajas de este método son mucho mayores a los temporales inconvenientes. Aunque no lo parezca, perdemos mucho tiempo en los movimientos de los ojos, que es tiempo que no usamos en leer. En un principio tampoco ganaremos mucho tiempo ya que aunque haremos menos saltos de ojo tardaremos en reconocer las palabras. Con el tiempo veremos que hay dos formas de aumentar la velocidad lectora: reduciendo el número de saltos de ojo y reduciendo el tiempo que tardamos en reconocer el texto.


Ejercicio: Para practicar un poco podemos hacer este ejercicio: consiste en mover los ojos para seguir al punto, desplazando la mirada lo más rápidamente posible. La cabeza debe estar quieta, sólo deben moverse los ojos.


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