sábado, 28 de noviembre de 2009

Mi mesa tiene más de tres patas

Bueno, últimamente con esto de estudiar y trabajar a la vez apenas dispongo de tiempo para nada. Así que aprovecho, como estoy haciendo últimamente, a recomendaros otro blog. En este caso, le ha llegado el turno a Mi mesa cojea (un blog de humor que en esta entrada se pone más serio):


España S.A.

Según el último barómetro del CIS, la clase política preocupa más a los ciudadanos que el terrorismo. Mientras, los políticos presuntamente corruptos revalidan su intención de voto en todas las comunidades donde gobiernan.

En la clasificación mundial de Reporteros Sin Fronteras sobre la libertad de prensa, España cae en 2009 hasta el puesto 46. El motivo principal es la amenaza terrorista que sufren los periodistas (esa amenaza que ya no preocupa tanto como la corrupción política). El segundo motivo es el reciente fenómeno por el cual los políticos no aceptan preguntas en las ruedas de prensa.

Los grandes partidos contratan a las mejores agencias de publicidad (DDB España, Sra. Rushmore…) para crear sus vídeos, sus mítines, sus webs y sus eslóganes/mensajes. Las legislaturas se vuelven campañas. Los votantes, targets comerciales.

Los partidos empiezan a enviar comparecencias grabadas por ellos mismos, sin presencia de ningún periodista. Todas las cadenas de televisión lo emiten como si fuera información sólo porque lo parece. Los periódicos copian y pegan las notas de prensa. La propaganda ocupa la primera página, convirtiéndose, de facto, en la noticia del día. Algunos periodistas protestan en sus columnas, pero no deja de ser su opinión. La agenda del país se adecua a los intereses de los partidos. Hoy, el Alakrana. Mañana, Sitel. Pasado, la ley del aborto.

El infoshow se asienta definitivamente en España, convirtiendo la mayor parte de los informativos televisivos en una cronología de sucesos repletos de adjetivos hipertróficos. La información empieza a tratarse con las reglas de la ficción, aplicando parámetros dramatúrgicos a la realidad. Así, la Gripe A se convierte en un arco argumental repleto de giros de trama artificiales. La información se vuelve indistinguible de la especulación, la propaganda y el espectáculo patrocinado.

Las tertulias radiofónicas y televisivas se llenan de agentes comerciales de medios de comunicación vendiendo la línea editorial impuesta por sus directivos. Los espectadores contemplan las tertulias y debates para reafirmar sus posiciones, para apoyar a los suyos. La política se convierte en un evento deportivo. La democracia es La Gran Liga.

A medida que crece la incertidumbre económica por esta crisis que nunca nos afectaría, confiad en mí, crece la propaganda y disminuye, hasta casi desaparecer, la información contrastada. El periodismo se desvanece bajo los intereses de los grupos de comunicación en permanente guerra comercial por derechos o prebendas. Las voces disidentes que aún resisten en nómina son enviadas a casa, a escribir una novela, o a Oriente Medio, a reportar noticias lejanas que no afecten a la correcta sinergia poder-empresa nacional.

La verdad, para el ciudadano, se limita a lo tangible y a lo inmediato. A lo que ve y oye por sí mismo. A su casa y su calle. Y los políticos, con una máscara de cinismo diseñada por la mejor agencia de publicidad del país, se preguntan por qué tanto desencanto político. Por qué tanta indiferencia democrática. Por qué tanto fracaso de valores entre los jóvenes… ellos, que lo tienen todo.


Fuente: Mi mesa cojea

Si os gusta, os recomiendo ver una entrevista que le hicieron al autor del blog.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Nuevos modelos de comunicación

Un día de éstos tendría que escribir algo por mí mismo, pero por ahora vuelvo a recurrir al copy&paste. Bueno, al menos os recomiendo blogs interesantes. Hoy le ha tocado el turno a El sentido de la vida (aunque el blog no suele ser de este estilo, ni mucho menos):


Algunas de las cosas que aprendí en los últimos años y que me conviene recordar.

A nadie le van a resultar útiles, así que aquí las dejo:

- Nadie sabe lo que estoy pensando. Esos pensamientos, esas voces que tan claramente puedo escuchar en mi cabeza, todas esas cosas que me digo en mi conciencia, quedan ahí. Si van a algún otro lugar, lo desconozco. Ergo, nadie sabe lo que estoy pensando, y es mi responsabilidad ser consciente de ello.

- Ya que los demás no pueden escuchar mis pensamientos, debo comprender que la gente no sabe lo que me pasa por la cabeza. Es mi responsabilidad, por tanto, comunicarme efectivamente mediante la palabra o cualquier otro recurso del que disponga. Es también mi deber aprender a controlar mi propia mente, así como mi palabra y otros recursos a mi alcance.

- No sé lo que los demás están pensando. Cuando estoy hablando con otra persona, no sé lo que está pensando. Puedo engañarme e incluso puedo llegar a hacerme creer a mí mismo que sé lo que la otra persona se dice a sí misma en su cabeza. Es mi responsabilidad ser consciente de estos hechos para comprender los comportamientos de otras personas. Es también mi deber descubrir otras técnicas de auto-engaño que pueda haber instalado a lo largo de mi vida.

- Mis emociones son sólo mías, y afloran por mecanismos que yo mismo he instalado inconscientemente en el pasado. Me conviene revisar mi circuitería interna y encontrar la manera de recablear mis emociones de manera que actúen a mi favor. Si me siento mal es culpa mía, y es mi responsabilidad arreglarlo por mi cuenta evitando implicar a otras personas con mis reacciones a mis emociones. Corolario: Yo me hago cargo de mis emociones, luego los demás se hacen cargo de las suyas. Reacciones desproporcionadas de otras personas ante mí son asunto suyo. Si deseo ayudar a aquellos que se encuentran mal, debo asegurarme primero de que yo me encuentro bien.

- Cada persona vive en su propia realidad, en un mundo completamente subjetivo que desconozco hasta puntos que ni siquiera sospecho. Cada uno de los seres que me rodean experimentan su propia realidad de la misma manera que yo experimento la mía. Me conviene ser consciente de la subjetividad inherente a la existencia.

- Mis creencias moldean mi propia realidad. Mis creencias las elijo yo. Tengo el poder de revisar mis propias creencias y sustituirlas por otras a mi conveniencia. Algunas de mis creencias me impulsan, otras me pesan. Me conviene eliminar las segundas y transformarlas en las primeras.

- Poseo el deber, el derecho y el privilegio de conocerme a mí mismo y de conocer a los demás. Esto incluye, entre otros, definir claramente dónde acaban los demás y dónde empiezo yo; así como dilucidar cuáles son mis deseos, mis anhelos, mis metas y mis aspiraciones.

- Mucho mejor que la guerra y la violencia son la paz y la armonía.

- Todo el mundo es importante. Todo el mundo cuenta.

- Tengo la facultad de ser consciente de cuándo necesito ayuda y de expresar esa necesidad. Tengo el deber, el derecho y el deseo de ayudar a otros.

- Debo ser comedido con mis opiniones. Debo ser comedido con mis consejos. Es muy fácil dar un consejo equivocado debido a que siempre desconoceré la totalidad de los detalles. Y he descubierto que a menudo un detalle lo cambia todo. Un detalle convierte el blanco en negro y viceversa. Así pues, precaución.

- No hago lo que me dicen que haga. No hago lo que tengo que hacer. Hago lo que siento que debo hacer. Yo decido mi vida, yo elijo mis responsabilidades y corro con las consecuencias de mis actos y de mis palabras. Yo soy mi propio y mi único juez.

- Me esfuerzo en descubrir mi propia verdad y la empleo para reconstruirme sobre ella. Hay gente que morirá sin haber nacido. Yo me comprometo a morir y a renacer tantas veces como sea necesario, en beneficio propio y de los demás.

- Yo soy la persona más importante de mi vida.



Fuente: El sentido de la vida

PD: El título de la entrada tiene su razón de ser. Si no lo pillas es que no estás en las 'nubes' (guiño, guiño).