jueves, 6 de noviembre de 2008

Lectura Rápida: Introducción

A partir de ahora intercalaremos lecciones de memoria con otras de incremento de la velocidad lectora. Nuestra capacidad lectora es, en buena parte, la que limitará nuestro tiempo debido a que la lectura constituye una tarea que realizamos a diario, ya sea por ocio o por obligación. En ella influyen dos factores: velocidad y comprensión.

Mediante una serie de ejercicios y prácticas podremos mutiplicar por cuatro nuestra velocidad al mismo tiempo que no sólo no disminuye, sino que aumenta nuestra comprensión del texto. Además, lejos de ser tareas tediosas, podremos realizarlas con los textos que queramos o que tengamos por leer.

Existen dos tipos de entrenamiento en la lectura:
  • Lectura rápida: Es el que veremos nosotros y consiste en una serie de mejoras a la lectura habitual que harán que nuestra velocidad lectora se dispare. Como veremos en mayor profundidad más adelante, su principal diferencia es el movimiento de los ojos ya que intentaremos realizar menos fijaciones que las que normalmente hacemos.
  • Fotolectura: Realiza un cambio drástico respecto a nuestra concepción de la lectura. En vez de leer el texto en orden, hay que realizar primero una fotolectura (prelectura muy por encima) y después volver a leerlo con diversas técnicas lectoras, rompiendo un poco con el encanto de la lectura. Personalmente desconozco su eficacia y, por ahora, no formará parte de este blog.

La importancia de una gran capacidad lectora es fundamental en nuestra vida, ya que nos ahorrará mucho tiempo y nos hará comprender mejor el texto. Los beneficios son claros: en una novela aumentaremos el ritmo de los acontecimientos, dándoles a éstos una mayor continuidad, como si fuera una película; en un ensayo podremos relacionar las diversas ideas con mayor facilidad; etcétera.

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